Claustrofobia: El miedo a quedar atrapado por las obligaciones

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Claustrofobia y obligaciones

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La claustrofobia, aunque comúnmente se entiende como el miedo a estar en espacios cerrados, puede tener un significado mucho más profundo. La claustrofobia no es sólo un temor físico, sino también la sensación de sentirse atrapado por cargas de la vida cotidiana, como las obligaciones familiares, laborales o económicas, de las que parece imposible escapar.

Para algunas personas, la vida puede sentirse como una “cárcel” llena de responsabilidades y deberes que no dejan espacio para la libertad personal. En este sentido, la claustrofobia puede reflejar el deseo de liberarse de tantas obligaciones, de poder tener una vida propia, pero sin saber cómo lograrlo o sin ver una salida clara.

Psicologo Claustrofobia Albufereta

Miedo a estar atrapado en las responsabilidades

Imaginemos a Marcos, un hombre que siente una gran responsabilidad por mantener a su familia, cuidar de sus padres u otros familiares, y cumplir con su trabajo, que le exige cada vez más tiempo y energía. Con el tiempo, estas obligaciones comienzan a pesarle tanto que siente que su vida ya no le pertenece. Es como si estuviera atrapado en una serie de compromisos que no puede dejar de lado, aunque eso signifique renunciar a sus propios deseos y sueños.

Cuando Marcos entra en un espacio pequeño o cerrado, como un ascensor o un coche lleno de gente, esta sensación de falta de libertad puede dispararse. El espacio físico, en este caso, actúa como un reflejo de su vida cotidiana: un lugar donde se siente limitado, sin escapatoria y sin aire, como si las paredes se cerraran sobre él. La claustrofobia se convierte en una manifestación de esta sensación de estar atrapado en las obligaciones.

Claustrofobia desde la Psicología Realista

¿Por qué aparece este miedo?

La claustrofobia, en estos casos, no surge solo por el espacio cerrado, sino por la acumulación de responsabilidades que la persona lleva consigo y que le impiden tener una vida en la que pueda decidir por sí misma. Este miedo a los espacios cerrados es, en cierto modo, un reflejo de un miedo más profundo: el miedo a no poder liberarse de las cargas y compromisos de la vida.

Para alguien como Marcos, el espacio cerrado simboliza la falta de libertad en su vida: la imposibilidad de escapar de todas las responsabilidades que ha asumido. En estos momentos de ansiedad, el cuerpo reacciona con sudoración, respiración acelerada y una sensación de pánico, porque siente que la única salida es librarse de todo lo que le “encierra” en su vida.

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¿Cómo podemos afrontar la claustrofobia?

Para manejar la claustrofobia, es importante comenzar a trabajar en nuestra relación con las responsabilidades y aprender a buscar un equilibrio entre las obligaciones y nuestra libertad personal. Aquí tienes algunos pasos que pueden ayudar:

  1. Reconocer las cargas que llevamos: Reflexionar sobre nuestras responsabilidades y entender cuáles son necesarias y cuáles podríamos ajustar o delegar. A veces, asumimos más de lo necesario, creyendo que debemos hacerlo todo solos, lo que nos hace sentir atrapados.
  2. Aprender a decir No: Para muchas personas, la claustrofobia se relaciona con la dificultad de poner límites. Decir “no” a ciertas responsabilidades o establecer límites saludables con las personas cercanas puede ser un paso importante hacia una vida más libre.
  3. Crear espacios propios de libertad: Aunque tengamos muchas responsabilidades, podemos reservar momentos o actividades que nos ayuden a sentirnos libres. Puede ser un pasatiempo, una caminata diaria, o un tiempo de desconexión. Estos momentos de autonomía nos ayudan a reducir la sensación de estar atrapados.
  4. Fortalecer la identidad propia: Reconocer que, más allá de nuestras obligaciones, somos personas con deseos, sueños y necesidades propias. Al trabajar en fortalecer nuestra identidad personal, podemos ganar confianza en nosotros mismos y, poco a poco, aprender a reducir las cargas que llevamos.
Claustrofobia consejos

Desde este enfoque, podemos entender que el problema de claustrofobia es una señal de que quizás estamos asumiendo más de lo que podemos manejar. El miedo al espacio cerrado es un reflejo de una necesidad de libertad en nuestra vida. Aprender a equilibrar nuestras obligaciones con nuestra necesidad de autonomía nos permite encontrar una salida a este “encierro” y vivir con más paz y libertad.

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