Psicología Real
María Miquel Casares
La ayuda psicológica es mi vocación
Creo que la verdadera vocación surge de lo que tiene que ver con uno mismo y, sobre todo, de lo que a uno le ha tocado vivir. En mi caso, recorriendo mi propio camino de autoconocimiento y superación, descubrí que mi propósito en la vida era ser psicóloga.
Desde entonces, me formo y esfuerzo por aportar a otras personas los beneficios que yo misma he recibido del modelo teórico psicológico con el que trabajo: la psicología realista.
Creo que la verdadera vocación surge de lo que tiene que ver con uno mismo y, sobre todo, de lo que a uno le ha tocado vivir. En mi caso, recorriendo mi propio camino de autoconocimiento y superación, descubrí que mi propósito en la vida era ser psicóloga.
Desde entonces, me formo y esfuerzo por aportar a otras personas los beneficios que yo misma he recibido del modelo teórico psicológico con el que trabajo: la psicología realista.
La psicología real es mi método de trabajo.
La psicología realista integra la evidencia científica sobre el funcionamiento de la mente humana (recogida de la práctica clínica y de la investigación científica) con los conocimientos sobre el ser humano aportados por la filosofía, y se centra en la conexión del ser humano con la realidad.
Al igual que el cerebro cuenta con unas áreas concretas y un ritmo de desarrollo, la personalidad también unas partes y unas necesidades esenciales de desarrollo.
Sensaciones de vacío, ansiedad, inseguridad, sentimiento de inferioridad, cambios de estado de ánimo, relaciones de dependencia o problemas de autoestima...
Todo esto se convierte en problemas personales, ante los que se hace necesario buscar una solución para poder seguir adelante.
La mayoría de lo que llaman “trastornos psicológicos” son esas “soluciones” que cada persona encuentra, dentro de su contexto y sus posibilidades, para afrontar las situaciones difíciles a las que se enfrenta en la vida.
Esas soluciones tuvieron su sentido en su momento, pero al mantenerse en el tiempo, pueden sacarnos de la realidad y producirnos verdaderos problemas en nuestro día a día, afectando a nuestras relaciones personales, sociales o laborales.
Por eso, si sientes que hay algo que está mal en tu vida o presientes que algo no es como debería ser…o si sabes exactamente cuál es el problema, pero no sabes cómo afrontarlo, me gustaría ayudarte.
Al igual que el cerebro cuenta con unas áreas concretas y un ritmo de desarrollo, la personalidad también unas partes y unas necesidades esenciales de desarrollo.
Cuando sufrimos carencias en esas necesidades o encontramos obstáculos a dicho desarrollo, sufrimos las consecuencias:
Sensaciones de vacío, ansiedad, inseguridad, sentimiento de inferioridad, cambios de estado de ánimo, relaciones de dependencia o problemas de autoestima...
Todo esto se convierte en problemas personales, ante los que se hace necesario buscar una solución para poder seguir adelante.
La mayoría de lo que llaman “trastornos psicológicos” son esas “soluciones” que cada persona encuentra, dentro de su contexto y sus posibilidades, para afrontar las situaciones difíciles a las que se enfrenta en la vida.
Esas soluciones tuvieron su sentido en su momento, pero al mantenerse en el tiempo, pueden sacarnos de la realidad y producirnos verdaderos problemas en nuestro día a día, afectando a nuestras relaciones personales, sociales o laborales.
Es frecuente sentir las consecuencias, mientras que uno no es capaz de localizar su origen.
Por eso, si sientes que hay algo que está mal en tu vida o presientes que algo no es como debería ser…o si sabes exactamente cuál es el problema, pero no sabes cómo afrontarlo, me gustaría ayudarte.
Me considero una investigadora, ya que mi objetivo es conocer en profundidad a la persona que llega a mi consulta, para poder reflejarle una imagen de sí misma lo más ajustada a la realidad posible.
¿Qué ocurre entonces?
Que la persona comienza a “realizarse”.
Esa maravillosa palabra que solemos conectar con cumplir nuestras expectativas o metas en la vida… cuando en realidad, no tiene que ver con lo que tenemos, sino con lo que somos.
Realizarse significa hacernos más reales, desarrollando todo nuestro ser, y alcanzando un profundo conocimiento propio.
Desde ese conocimiento profundo, es desde donde podremos localizar el origen del problema al que nos enfrentamos, detectar las creencias que lo mantienen activo, y entender cómo afecta en nuestra vida.
Pero no se puede iniciar el camino del cambio sin saber hacia dónde hay que caminar, o qué debería haber allí donde ahora hay creencias, sentimientos o pensamientos que intuimos que no están bien.
Por eso, creo esencial disponer de un modelo teórico de cómo es un ser humano, qué necesidades tiene para desarrollarse de forma sana, y cuáles son los límites o umbrales, por encima de los cuales sale dañado y aparecen los distintos trastornos mentales.
Recorrer ese camino requiere esfuerzo, valentía y tiempo.