un proyecto común.
Terapia de Pareja
Una relación de pareja no se sostiene sólo en el amor o la pasión inicial. Con el tiempo, para que el vínculo sea sólido y duradero, es necesario construir algo más: un proyecto común.
Pero ¿qué significa realmente construir un proyecto de pareja? No se trata de crear una fantasía idílica de lo que queremos ser, sino de definir objetivos y acuerdos basados en las posibilidades reales de ambos. Es un camino para alinear expectativas y crear un futuro compartido que sea auténtico, alcanzable y satisfactorio.
Esto, que suena tan bien, a veces es un camino arduo, pues requiere conocer al otro, aceptarlo tal y como es, y comenzar una senda juntos, en la que habrá que hacer algunas renuncias, y poner a prueba algunas de nuestras creencias y expectativas.
A veces es más fácil instalarse en la lucha por conseguir lo que creemos que necesitamos, intentando trasformar al otro, que aceptar las cosas como son y tomar decisiones difíciles: ¿Es esto lo que quiero?
Por eso, cualquier proyecto real requiere conocerse a uno mismo, y cuestionar si algunas de nuestras creencias nos están impidiendo valorar las cosas valiosas que ya tenemos, o están impulsándonos a luchar por imposibles, que terminarán en una frustración, y en el desgaste de nuestra relación de pareja.
Pero también requiere conocer al otro, para poder entenderle, y en vez de tratar de cambiarle, decidir si es compatible con nuestra visión de la vida y la pareja.
El peligro de idealizar el futuro
Cuando comenzamos una relación, es fácil imaginar un futuro perfecto: un amor eterno sin conflictos, metas comunes alcanzadas sin esfuerzo y una conexión emocional que nunca se debilita. Sin embargo, idealizar el futuro puede convertirse en un obstáculo para la relación. Estas expectativas poco realistas suelen generar frustración y malestar cuando las cosas no salen como lo imaginábamos.
Por ejemplo:
- Una pareja podría idealizar tener hijos, pensando que no habría discusiones, ni cambios en sus dinámicas de pareja.
- Podrían planear una vida juntos, en la que uno de los dos abandonaría sus metas personales, como un sacrificio “por amor”, sin considerar el resentimiento que esto podría generar.
- Podrían asumir que siempre estarán de acuerdo en todo, evitando hablar de temas complejos por miedo a romper la “magia”.
Cuando estas idealizaciones chocan con la realidad, la pareja puede experimentar conflictos, desencanto o incluso cuestionar el vínculo. Por eso, el primer paso hacia un proyecto común saludable es reconocer y aceptar las limitaciones de cada uno y de la relación en sí.
¿Qué significa construir un proyecto común basado en la realidad?
Un proyecto común no es simplemente un conjunto de planes futuros; es una visión compartida que integra las necesidades, valores y posibilidades de ambos miembros de la pareja. Este proyecto debe estar basado en la realidad, no en fantasías o imposiciones externas. Incluye:
- Definir objetivos compartidos:
- ¿Qué quieren construir juntos? Esto puede incluir objetivos a corto plazo, como mudarse juntos o ahorrar para un viaje, y metas a largo plazo, como formar una familia o desarrollar un estilo de vida específico.
- Es importante que estos objetivos reflejen los deseos de ambos y no sean una imposición de uno sobre el otro.
- Establecer límites claros:
- ¿Qué está dispuesto a ceder cada uno y qué no? Un proyecto común requiere compromisos, pero no a costa de renunciar a la propia identidad o bienestar.
- Por ejemplo, uno podría estar dispuesto a mudarse a otra ciudad por la relación, pero no a abandonar una carrera que es fundamental para su realización personal.
- Aceptar las limitaciones individuales y de la relación:
- Ninguno de los dos es perfecto, y la relación tampoco lo será. Reconocer las fortalezas y debilidades de ambos permite construir un proyecto más realista y sostenible.
- Esto implica aceptar que algunas metas tal vez no sean posibles o que requerirán ajustes sobre la marcha.
Cómo construir un proyecto común en la terapia de pareja
Cuando una pareja trabaja en un proyecto común basado en la realidad, la relación se fortalece porque:
- Fomenta la conexión emocional: Trabajar juntos hacia metas compartidas crea un sentido de unión y propósito.
- Reduce conflictos: Tener objetivos claros y acuerdos explícitos minimiza los malentendidos y las expectativas no dichas.
- Promueve el crecimiento mutuo: Un buen proyecto no solo beneficia a la pareja como unidad, sino también a cada individuo dentro de ella.
La terapia de pareja puede ser un espacio valioso para trabajar en este aspecto, ayudando a ambos a:
- Explorar los valores y deseos individuales: Antes de definir metas compartidas, es crucial que cada miembro de la pareja reflexione sobre lo que realmente quiere y necesita.
- Alinear expectativas: Identificar áreas de convergencia y discrepancia para llegar a acuerdos que respeten las prioridades de ambos.
- Resolver conflictos previos: Los proyectos comunes no pueden construirse sobre resentimientos o problemas no resueltos. La terapia puede ayudar a limpiar el terreno para empezar de manera saludable.
- Adaptarse a los cambios: La vida es dinámica, y los proyectos pueden necesitar ajustes. En terapia, se aprende a manejar estas adaptaciones de manera conjunta.
Un proyecto común no garantiza que todo será perfecto, pero sí que ambos estarán comprometidos a trabajar en la relación con honestidad y realismo. Este compromiso no solo crea un sentido de propósito, sino también una base sólida para superar los retos que inevitablemente surgirán.
La terapia de pareja puede ayudarte a conocerte en profundidad, y así establecer algunos límites que te ayudarán a conocer también a tu pareja. De esta manera la relación que construyais, estará basada en la realidad. Agenda tu sesión hoy y comienza a crear un futuro auténtico y significativo juntos. ¡Estamos aquí para acompañarte!