La Ansiedad. Una Forma de estar en el Mundo
Psicología Real
¿Llegas super cansado al final del día? ¿Te sientes como si vinieras de la guerra, o como si te hubiera pasado una apisonadora por encima? ¿Todo te cuesta muchísimo? ¿Tienes problemas intestinales, dermatitis, soriasis, alergias, sarpullidos, ansiedad… lo que los médicos llaman “somatizaciones”?
Conocerse a uno mismo es esencial para los seres humanos. El conocimiento es el primer paso para cualquier tipo de cambio, así que espero que contestando a estas preguntas puedas acceder a un mayor autoconocimiento, y que esa luz sobre ti mismo, abra algún nuevo camino hacia cambio…a mejor, ¡por supuesto! Allá vamos:
La próxima vez que estés tendiendo, cocinando, o haciendo alguna actividad cotidiana, párate un momento, cómo si hicieras una fotografía del momento, y comprueba si estas usando más músculos de los que realmente necesitas para esa tarea concreta ¿Tienes los hombros en tensión? ¿Cuello, mentón, dientes… u otra parte del cuerpo?
Si la respuesta es sí, en tus actividades diarias, mantienes unos niveles de tensión física que es normal que al cabo del día termines agotado/a. Reflexiona sobre él motivo por el que mantienes esa tensión en todo momento y, por favor, no pongas en tus actividades ningún músculo, ni nada que no sea estrictamente necesario para realizar la actividad.
Haz un ejercicio de introspección. Párate a pensar cómo te relacionas con el mundo y con los demás: ¿Te pones siempre en lo peor? ¿Usas tu imaginación, o dedicas tiempo a valorar qué posibilidades hay de que las cosas salgan mal? Cuando te invitan a tomar un acto social, ya sea una cerveza con amigos, una cena de empresa, una fiesta… preguntas automáticamente ¿Quién va a ir?
Si la respuesta es sí, tu posición ante el mundo es defensiva, y eso conlleva mantener tales niveles de tensión emocional, que es normal que te de pereza enfrentarte a situaciones nuevas o personas nuevas. En general, a situaciones sociales que no puedes controlar.
Lo primero, es entender que el mundo no es nuestro enemigo (aunque haya personas puntuales frente a las que mejor sería estar prevenidos, así que no hace falta que vivamos en permanente estado de hipervigilancia. No sólo gastaríamos un tiempo y una energía innecesaria, sino que viviríamos intranquilos y tratando de controlarlo todo en la medida de lo posible. Es justo lo contrario de la tranquilidad y la espontaneidad.
En segundo lugar, el filósofo Epicteto hizo una distinción entre lo que depende de mi y lo que no depende de mí, proponiendo que las personas deberíamos centrarnos, estrictamente, en los que depende de nosotros. ¿Qué tiene eso que ver con lo que nos ocupa? Pues que, si no dedicamos tanto tiempo y energía a prevenir o controlar lo que no depende de nosotros, viviremos mejor, y nos quedará energía para usarla en otra tareas que sean productivas en vez de defensivas.
Repasa tu propio lenguaje. Nos suele dar una información muy valiosa sobre nosotros mismos: ¿Repites la frase “No me da la vida” como si fuera un mantra?
Una profesional de la sanación, me explicó que esa frase conectaba directamente con el 4º chacra, y ese día entendí que esa frase ilustra una forma ansiosa y autoexigente de estar en el mundo, y que realmente significa que no sólo no logramos encontramos la paz ni la tranquilidad en nuestro día a día, sino que perdemos energía innecesariamente en nuestra forma de afrontar las cosas y movernos por el mundo.
No te centres en los resultados, en lo crees que tienes que cumplir o conseguir, porque entonces sentirás que tienes que hacer las cosas por obligación.
Céntrate en los motivos por los que quieres hacer las cosas.
Empieza por una, y no pienses en las siguientes hasta que no llegue su momento.