Psicóloga para la Depresión en Alicante.
¿Qué es la depresión?
La depresión consiste en un cambio en el estado de vitalidad de una persona, que afecta a sus actividades de relación con el entorno (familiares, sociales, laborales…), y que puede ir acompañado de apatía, estado de ánimo decaído, pesimismo, tristeza, y en ocasiones, nerviosismos e irritabilidad.
Actualmente, la depresión se trata principalmente con fármacos, considerándola una enfermedad exclusivamente orgánico-cerebral. Se parte de la hipótesis de que la depresión se produce por un problema físico localizado en la transmisión de impulsos eléctricos entre neuronas, que implica alteraciones de los neurotransmisores implicados en la tarea, y que, por tanto, se puede solucionar potenciando la transmisión de los impulsos entre esas neuronas.
Pero, cuando llegan personas a la consulta que tras 30 años de medicación con antidepresivos, siguen sintiéndose mal, siendo pesimistas sobre su vida y su futuro, y sufriendo los mismos problemas de relación con el entorno… Queda bastante claro que la depresión incluye otros factores mentales, o más específicamente, factores del “yo”, que no dependen de neurotransmisores, ni de procesos químicos, y que también incluye factores ambientales, relativos a las circunstancias que esté viviendo la persona en ese momento de su vida.
El estrés, es un ejemplo de cómo la percepción de amenaza, sea real o imaginada, afecta a la química orgánico-cerebral, activándose la respuesta de lucha o huida, y liberándose cortisol (la famosa hormona del estrés).
Sin embargo, en la dirección contraria no ocurre igual: la química no modifica la percepción de amenaza. Puede calmar los síntomas de ansiedad, pero no modifica las creencias que han llevado a la persona a percibir situaciones cotidianas como amenazas (Por ejemplo, un ataque de ansiedad por una reunión laboral)
La percepción tiene más que ver con factores de la personalidad. Y la personalidad se forma en interacción principalmente con la familia, y después con el entorno.
Podemos decir que la personalidad es lo que llamamos el “yo”, y es fácil ver cómo la voluntad del “yo” se convierte a diario en actividad. Por ejemplo, cuando el “yo” percibe que tiene sed o le apetece un refresco, emitirá la orden al cerebro de “bebe”, y la actividad cerebral movilizará a los órganos del cuerpo para que cojan un vaso o una lata
De la misma manera, podemos entender que cuando el “yo” percibe una situación como una amenaza, o valora de forma negativa su vida (por ej. “no merece la pena seguir viviendo así”), esta percepción tendrá un efecto directo sobre las ganas de vivir, y/o sobre el comportamiento de la persona.
Por todo eso, si no tenemos en cuenta los factores del “yo”, y sólo tratamos la depresión de forma química, estaremos perpetuando el problema y condenándonos a medicarnos de por vida (con los posibles efectos secundarios para la salud), en vez de ir al origen del problema.
Cuando una persona comprende lo que le pasa y por qué, siente un gran alivio.
¿Por qué?
Porque ganamos autoconocimiento. Y las personas sólo podemos cambiar lo que conocemos, así que al conocer el origen de nuestros problemas ya podemos iniciar el camino del cambio.
¿Has llegado a un momento de tu vida en que echas la vista atrás y te sientes mal?
¿Has perdido la ilusión, o lo que antes te impulsaba a seguir a delante ha dejado de tener valor para ti?
¿Te quedarías en la cama si pudieras, pero sientes la obligación de seguir adelante?
¿Estás irritable o irascible?
¿Piensas que tu vida no tiene sentido? ¿O en ocasiones llegas a creer que no mereces seguir existiendo?
¿Te valoras negativamente, llegando a sentirte inútil, despreciable o incapaz?
¿Te encuentras en una situación nueva que valoras negativamente, y no te sientes capaz de afrontarla sin salir dañado?
¿Temes a la soledad?
O quizá tienes problemas familiares que desde hace mucho tiempo no mejoran, y no ves ninguna salida.
¿Observas que, a pesar de sentirte triste, estás irritable y con mucha agitación?
Estas son algunas de las cosas que puede sentir una persona que se encuentra deprimida. A veces se trata de una crisis existencial, en ocasiones son situaciones que se repiten a lo largo de la vida, y otras veces hay un detonante claro que desencadena una depresión puntual.
¡Recupera tu felicidad!
Detecta
tus
creencias.
a
las creencias
que rigen tu
funcionamiento interno
y a los
criterios externos
que estás
usando
para juzgarte.
Empieza a funcionar desde ti mismo.
tu funcionamiento y
cómo afecta a tu relación
contigo mismo/a y
con los demás.
Localiza su origen,
y desecha todo aquello que no tiene que ver contigo
y con la realidad.